lunes, 11 de marzo de 2013

El Aguirre vital, individualista y desmedidamente ambicioso de Úslar Pietri

Arturo Úslar Pietri, El camino de El Dorado (novela, 1947)

En su novela histórica El camino de El Dorado (1947), Arturo Úslar Pietri reconstruye novelísticamente el ambiente y las principales acciones de la expedición de Ursúa y Aguirre, sin adentrarse en precisiones que permitirían identificar sus fuentes.

La novela aparece bien estructurada, al decir de Violeta López Suria (1961), quien en su tesis analiza y compara varias novelas del autor. Añade que Úslar Pietri mantiene vivo el interés de los aspectos que quiere abordar, o sea, la ruta del viaje de Aguirre, el estado de ánimo de los marañones y la caída del tirano.

A propósito del tirano, la Dra. López Suria apunta que el autor lo desarrolla desde una realismo vital, crudo. Cada acto enfatiza más la individualidad de Lope de Aguirre, su orgullo invencible, su rigidez y monstruosidad.

Según Raymond Marcus (1968, ed. 1970), Úslar Pietri logra comunicarnos las flaquezas de Aguirre. Recalca su desmedida ambición, pero sin aludir -como lo ha hecho Pío Baroja en Las inquietudes de Shanti Andía (1911) y como lo hará más tarde Ramón J. Sender en La aventura equinoc(c)ial de Lope de Aguirre (1964) con su antihéroe resentido busando reivindicación personal- a un sentimiento previo de frustración en el personaje (pág. 590): "Desde que había pisado Tierra Firme le parecía más grande y desproporcionada la empresa que estaba acometiendo... Pero grande también sería su gloria, más grande que la de Pizarro y que la de Cortés" (El camino de El Dorado, en adelante ECED, pág. 242).

En otras ocasiones lo muestra como un loco: "Aguirre tuvo una terrible escena de furia ante el Príncipe. Dijo las cosas más soeces. Echaba espumarajos por la boca y fuego por los ojos. Se mesaba la barba y los cabellos y terminó por arrojarse al suelo y revolcarse, como un poseso, sin querer, ni poder oír, todas las tímidas explicaciones y las palabras conciliadores que Guzmán y los que lo acompañaban le daban para calmarlo" (ECED, pág. 145).

Pero es importante observar que fuera de trozos como éste, no se le ve mucho actuar a Lope de Aguirre en la novela. La mayoría de las veces, se le describe a través de las reacciones que provoca en sus compañeros expedicionarios.

Este procedimiento tiene que ver con el carácter social y objetivo de la novela, como ha notado el profesor Emilio González López (1947):

"Uslar-Pietri se aleja de los personajes y de las cosas de sus novelas para mejor poder contemplarlos y examinarlos [...] ve el suceso histórico en todo su valor y transcendencia colectiva y concibe a los hombres como a sus meros ejecutores e instrumentos: los instrumentos de un proceso glorioso, lleno de grandezas y de miserías, que es la historia de la patria" (pág. 47).

Y por lo que es del tirano y sus compañeros marañones en la novela que nos ocupa, precisa: "Lope de Aguirre aparece en la novela no como un personaje idealizado, sino como es: el más astuto y dinámico de los marañones [...] Su personalidad compleja [...] es el nudo central de la novela. Pero, unas veces a su lado y otras en torno de él, desfila toda una galería de conquistadores nobles y plebeyos. Cada individuo está perfilado de manera que se refleja con toda nitidez su verdadera personalidad y su participación en aquel inmenso drama humano. Cada persona es como si fuera una de las causas individuales de ese drama; pero que al propio tiempo se encadenara con las otras causas y personalidades para producir aquel acontecimiento histórico" (págs. 48-49).

Lo que Raymond Marcus (1968, ed. 1970) formula así: "Desde el principio de la novela, en la cual aparece algo tardíamente Lope de Aguirre, tras de la presentación de los hombres que van a constituir la tropa, es evidente que Uslar Pietri ha querido sobre todo contar la aventura de una expedición y no la de un hombre en particular" (pág. 591).

Tan importante para el novelista como el grupo humano es la naturaleza. Úslar Pietri apunta repetidamente la influencia del medio natural sobre la conducta de los marañones. Cosa que hará también Ramón J. Sender en La aventura equinoc[c]ial de Lope de Aguirre (1964), donde la "tarumba del equinocio" afecta a todos y a todo.

Al poco tiempo de publicarse El camino de El Dorado, en su breve reseña a la novela, la crítica literaria Concha Meléndez (1949) señala que "lo geográfico, elevado a categoría primera, se afianza desde el título en las tres partes en que se divide la narración: "El Río", "La Isla", "La Sabana". El Río Marañón y sus afluentes penetran y arrastran a los hombres borrándoles la noción del tiempo, hundiéndoles [como pone en la novela] "en el mundo infinito de aquella agua viva que se multiplicaba en el cauce inmenso y que rodaba con sus troncos, con sus animales, con sus ruidos, hacia un rumbo desconocido que nadie podía modificar" [ECED, pág. 71]" (pág. 90).

Hasta cabe hablar de simbiosis entre la naturaleza y el hombre, avanza Raymond Marcus (1968, ed. 1970): "Todo el misterio y la fascinación trágica de la naturaleza parece haberse refundido en [la] persona de [Aguirre]. Las sensaciones de temor, de desasosiego, de inquietud que habían venido recibiendo del río, de inmensidad salvaje y enemiga, de la araña venenosa, de la enorme serpiente de agua que saca de pronto la negra cabeza de la poza de la orilla, del indio pintarrajeado e inexpresivo que lanza su flecha, del caimán que se arrastra lento y poderoso por la arena de la barranca, los delirios de la enfermedad, la presencia constante de la muerte, todo eso se encarna ahora en aquel rostro chupado, en aquella barba gris y rala, en aquel paso menudo, en aquel tintinear de hierros, y sobre todo, en aquellos ojos inquietos, que de pronto se hacen fijos y translúcidos sobre algo o sobre alguien" [ECED, págs. 163-164]" (págs. 591-592).

Para la doctora López Suria (1961), falta aquí "el hilo coordinador de la reflexión, del equilibrio lógico": "Naturaleza y hombre se confunden en un caos inculto, tormentoso. Es esta una novela de los sentidos donde los personajes a pesar de ello no reaccionan de por sí. Son masas sometidas a su instinto y a la voluptuosa vegetación, al peligro selvático que los rodea" (págs. 169-170). En cuanto al profesor González López (1947), ve en el lento y penoso progreso de la narración como de la hueste en "El Río" una muestra del carácter moroso atribuido a la novela como género por el filósofo y ensayista novecentista José Ortega y Gasset (1883-1955): "Si la novela es, como acertadamente dice Ortega y Gasset [1925], un género moroso, género que se desenvuelve con lentitud, para crear el ambiente, este carácter se revela perfectamente en la primera parte de "El camino de El Dorado", donde Uslar-Pietri consigue expresar de una manera perfecta ese ambiente malsano que física y moralmente va cargando el espíritu de los expedicionarios y que encuentra su válvula de escape en la locura rebelde de Lope de Aguirre." (pág. 48).

  • GONZÁLEZ LÓPEZ, Emilio, "Uslar Pietri y la novela histórica venezolana", en Revista Hispánica Moderna (Nueva York), XIII (1947), págs. 44-49.
  • LEFÈRE, Robin, "Historia y ficción: la figura de Lope de Aguirre" en JOSET, Jacques, y Philippe RAXHON (dirs.), 1898-1998. Fines de siglos. Historia y literatura hispanoamericanas [en línea]. Liège, Presses universitaires de Liège, 2000, págs. 129-146.
  • LÓPEZ SURIA, Violeta, Los cuentos y novelas de Arturo Uslar Pietri. Tesis doctoral dirigida por Dr. D. Luis MORALES OLIVER. Madrid, Universidad Central, 1961.
  • MARCUS, Raymond, "El mito literario de Lope de Aguirre en España y en Hispanoamérica", en AIH. Actas III [Actas del III Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (México D.F, 26-31 de agosto de 1968)], publicadas bajo la dirección de Carlos H. MAGIS, México, AIH / El Colegio de México, 1970, págs. 581-592.
  • MELÉNDEZ, Concha (escritora y crítica puertorriqueña, 1895-1983), "El camino de el Dorado", en Asomante (Puerto Rico, dir. Concha MELÉNDEZ et al.), No. 1 (1949), págs. 90-91.
  • ORTEGA Y GASSET, José (filósofo y ensayista español, 1883-1955), La deshumanización del arte. Ideas sobre la novela [ensayos], 1925. Madrid, Castalia, Colección "Castalia Didáctica", 2009. También en Obras Completas. Tomo III (1919-1925), Madrid, Editorial Taurus / Fundación José Ortega y Gasset, 2005, págs. 879-908.
  • SENDER, Ramón José, La aventura equinoc[c]ial de Lope de Aguirre. Nueva York, Las Américas, 1964.
  • SCHLICKERS, Sabine (Univ. de Bremen), "5.2 El Camino de El Dorado (1947) de Arturo Uslar Pietri", en su estudio La Conquista imaginaria de América: crónicas, literatura y cine, Frankfurt am Main, Peter Lang Edition, Colección "Hispano-Americana [Geschichte, Sprache, Literatur]", Vol. 48, 2015, bajo "5. El minotauro en su laberinto: Lope de Aguirre en literatura y cine", págs. 98-102.
  • ÚSLAR PIETRI, Arturo, El camino de El Dorado. Buenos Aires, Editorial Losada, 1947. Es la edición que citaremos y a la que referiremos con la sigla ECED.

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