lunes, 11 de marzo de 2013

Aguirre reencarnado en un tirano decimonónico: la transposición valleinclaniana

Ramón del Valle-Inclán, Tirano Banderas. Novela de Tierra Caliente (1926), novela esperpéntica

Don Ramón transpone varios aspectos del rebelde vascongado en el personaje del tirano americano decimonónico Santos Banderas.

Sus fuentes son la crónica del bachiller Francisco Vázquez, que según los investigadores que la analizaron y/o editaron es sin duda la más completa y detallada de las crónicas que nos dejaron los propios marañones, y la de Toribio de Ortiguera, un cronista-historiador primitivo más o menos coetáneo que tuvo noticias de la rebelión donde se encontraba en aquel tiempo.

De estas crónicas, Valle-Inclán saca rasgos de tres personajes de su novela Tirano Banderas. Dos son secundarias: el coronel de la Gándara y Filomeno Cuevas, quien se rebela contra el tirano Santos Banderas en una forma que hasta cierto punto se parece a la insurrección del marañon y cronista Pedro de Munguía contra el tirano Aguirre. El tercero, por supuesto, es nadie menos que el propio Santos Banderas, que debe elementos esenciales de su personaje al Lope de Aguirre de las dos crónicas mencionadas.

La transposición efectuada por Valle-Inclán ha sido estudiada detenidamente por Emma Susana Speratti-Piñero. La señora Speratti (1957) señala, por ejemplo, que el carácter diabólico atribuido a Lope de Aguirre reaparece en Santos Banderas:

"¡Generalito Banderas se proclamaba inmune para las balas por una firma de Satanás! Ante aquel poder tenebroso, invisible y en vela, la plebe cobriza revivía un terror teológico, una fatalidad religiosa poblada de espantos" (Tirano Banderas, en adelante TB, pág. 118).

Pero hay más. Valle-Inclán pone en boca de Santos Banderas palabras y expresiones pronunciadas por Aguirre según la crónica del bachiller Vázquez. Al final, cada tirano, abandonado por gran parte de los suyos, mata a su hija para que no se apoderen de ella sus enemigos, y ellos mismos resultan descuartizados después de la propia muerte.

Otro elemento de Santos Banderos lo parece tomar prestado Valle-Inclán del Lope de Aguirre de la Jornada del río Marañon (1581) de Toribio de Ortiguera, donde leemos:

"Su título era el más bravo y soberbio de todos cuantos se han visto hasta hoy en tirano de ninguna nación, llamándose Lope de Aguirre "la Ira de Dios", "Príncipe de la Libertad" y "del reino de Tierra Firme y provincias de Chile", por incluir en ello todo el Pirú y lo demás que estaba conquistado y por conquistar en todo lo que ciñe y abraza el ancho mar del Norte" (Jornada del río Marañon, en adelante JRM, pág. 386a).

Pasaje que sugiere a la señora Speratti-Piñero (1957) la siguiente reflexión respecto al Aguirre valleinclaniano:

"En él encuentra, sin duda, Valle Inclán la desaforada soberbia de Tirano Banderas: "... usted ocasionará que me saquen alguna chufla. Ni Quevedo ni Juvenal: Santos Banderos: Una figura en el continente del Sur" [TB, pág. 143]. Y encuentra también en la ambición presuntuosa de Lope de Aguirre la visión que abarca la América entera, visión que luego ahondará profusamente, y de la cual es difícil precisar ejemplos, pues es la idea principal del libro" (págs. 24-25).

Y la señalada especialista de la obra de Valle-Inclán de concluir: "No porque sí Valle ha ido a espigar por las viejas crónicas que narran las aventuras de Lope de Aguirre, primer tirano de América... Lo que Valle expuso como tesis de carácter naturalista y desarrolló con un arte peculiar de gran escritor y hombre dolorido profundamente, es su visión de la América española condenada a padecer el mal que sus conquistadores le inocularon y por el cual puede llegar, como España, al anquilosamiento moral y la muerte" (pág. 128).

Con esta "novela del dictador" avant-la-lettre de factura magistral, actualmente considerada como una de las obras más representativas de la narrativa española del siglo XX, Valle Inclán fue, si no el primero -¡no nos olvidemos de Domingo Faustino Sarmiento y su Facundo (1845)!-, sí el primer autor de mayor proyección en tratar el tema amplio del tirano-caudillo hispanoamericano.

Le seguirán, a lo largo del s. XX y hasta entrado el s. XXI, novelistas, dramaturgos y poetas tan (des)conocidos como Miguel Ángel Asturias (El señor Presidente, 1946), Arturo Úslar Pietri (El camino de El Dorado, 1947, Oficio de difuntos, 1976), Alejo Carpentier (El recurso del método, 1974), Gabriel García Márquez (El otoño del patriarca, 1975), Augusto Roa Bastos (Yo, el Supremo, 1975), Abel Posse (Daimón, 1978), Miguel Otero Silva (Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad, 1979), Luisa Valenzuela (Cola de lagartija, 1983), Tomás Eloy Martínez (La novela de Perón, 1985), Mario Vargas Llosa (La fiesta del Chivo, 2000), William Ospina (La serpiente sin ojos, 2012), entre otros, sin olvidar al dramaturgo colombiano Enrique Buenaventura (1925-2003), quien, en 1967 aproximadamente, adaptó Tirano Banderas al teatro.

Por cierto, el Tirano Banderas de Buenaventura (publicado por primera vez en 1992) no fue el primer drama histórico colombiano dedicado al tema de los dictadores: quedó injustamente olvidada, según Fernando González Cajiao (1992), la pieza Su Excelencia (1885) que Ángel Cuervo escribió en París justo antes de estrenarse allí Ubu Roi del francés Alfred Jarry, que trata del mismo tema.

Sin embargo, resultó ser mayor el impacto de la pieza de Buenaventura, que al decir de González Cajiao (1992) "se constituyó en una obra clave dentro del proceso del llamado 'nuevo teatro' colombiano" y "podría ser, si no la más compleja y mejor elaborada de Enrique Buenaventura, con su tremenda crueldad y humor negro, sí una de las obras más significativas y mejor logradas de su producción". Pero esto ya es otra historia, de la que trataremos en otra entrada.

  • BRUCE NOVOA, Juan, "Tirano Banderas y la novela de dictadura latinoamericana" (1988), en AA.VV., Ramón del Valle Inclán (1866-1936). Akten des Bamberger Kolloquiums vom 6.-8. november 1986 [Beihefte zur Iberoromania, Bd. 5], edición de Harald Wentzlaff EGGEBERT, redacción de Silvia GONZALO, Tübingen | Tubinga, Max Niemeyer, 1988, págs. 219-232.
  • BUENAVENTURA, Enrique (dramaturgo colombiano, 1925-2003) [1968], TIRANO BANDERAS. Versión teatral de ENRIQUE BUENAVENTURA. Basada en la novela de Ramón del Valle-Inclán. Teatro Estudio, dir. Alberto Castilla. Extensión Cultural. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia.
  • BUENAVENTURA, Enrique, Máscaras y ficciones. Cali, Ediciones Universidad del Valle, Colección "Autores Vallecaucanos", 1992. Incluye la primera publicación del drama histórico adaptado de la novela Tirano Banderas (1926) de Ramón del VALLE INCLÁN.
  • DÍAZ MIGOYO, Gonzalo, "Tirano Banderas y la novela de dictador", en Diálogos (México), Vol. 19, No. 6 [114] (1983), págs. 16-25.
  • GLADIEU, Marie-Madeleine (Université de Reims), “Esperpentaduras. Problema de la influencia de Valle-Inclán sobre la novela de dictador en M. A. Asturias y G. García Márquez”, en Hispanística XX (Université de Dijon, Centre d’Études et de Recherches Hispaniques du XXe Siècle), No. 4 monotemático “Leer a Valle-Inclán en 1986” (1987), págs. 117-124.
  • GONZÁLEZ CAJIAO, Fernando, “Hacia un inventario: [Reseña de:] Máscaras y ficciones. Enrique Buenaventura. Ediciones Universidad del Valle, Colección Autores Vallecaucanos, Cali, 1992, 134 páginas y dibujos del autor]”, en Boletín Cultural y Bibliográfico, Vol. 29, No. 30 (1992). Versión digitalizada en la “Biblioteca Luis Ángel Arango” | ”Biblioteca Virtual” de la Banca de la República (Colombia), consultada el 27-06-2013.
  • ORTIGUERA, Toribio de, Jornada del río Marañon, en SERRANO Y SANZ, Manuel (ed.), Historiadores de Indias, 2 tomos, Madrid, Tetuán de Chamartín, Imprenta Bailly-Ballière e hijos, “Nueva Biblioteca de Autores Españoles” | NBAE dir. por Marcelino MENÉNDEZ PELAYO [hasta el Vol. XX], Vols. XIII y XV, Tomo II [NBAE, Vol. XV], 1909. Edición a la que referiremos con la sigla JDM.
  • ORTIZ DE LA TABLA DUCASSE, Javier (introducción, edición y notas), Francisco Vázquez. El Dorado. Crónica de la expedición de Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre. Madrid, Alianza Editorial, 1987.
  • RIZK, Beatriz, “Hacia una teoría de la traducción: adaptaciones, versiones y variaciones de un tema, otra manera de ejercer el oficio de autor en la obra de Enrique Buenaventura”, en VV. AA., Reflexiones sobre teatro latinoamericano del siglo XX, Buenos Aires, Editorial Galerna, 1989, págs. 41-52.
  • RUBIO JIMÉNEZ, Jesús, "[Doc. 1.6:] Valle-Inclán en Hispanoamérica: los espectáculos de Alberto Castilla: de Los cuernos de don Friolera a Tirano Banderas (1968)", en Don Galán. Revista audiovisual de investigación teatral (Centro de Documentación Teatral | CDT, Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música | INAEM, Ministerio de Cultura del Gobierno de España), No. 1 monográfico “Valle-Inclán en escena durante el franquismo” (2011).
  • SPERATTI-PIÑERO, Emma Susana, La elaboración artística en "Tirano Banderas". México, El Colegio de México, 1957.
  • VALLE-INCLÁN, Ramón del, Tirano Banderas. Novela de Tierra Caliente. Madrid, Imprenta Rivadeneyra, 1926 (luego 1927). Citaremos aquí la siguiente edición: Madrid, Espasa-Calpe, Colección "Austral", (1937) 1965, a la que referiremos con la sigla TB.
  • VÁZQUEZ, Francisco, Relación de todo lo que sucedió en la jornada de Amagua y Dorado, que fue a descubrir el Gobernador Pedro de Ursua con poderes y comisiones que le dio el Virrey Marqués de Cañete Presidente de Perú. Tratase, asimismo, del alzamiento de Don Fernando de Guzmán y Lope de Aguirre y otros tiranos. Madrid, Real Academia de la Historia, Colección de don Juan Bautista Muñoz, Tomo 43, Fols. 4 al 68 (A-115 no 766). Ver ORTIZ DE LA TABLA DUCASSE, Javier, 1987.
  • VÁZQUEZ, Francisco, Jornada de Omagua y El Dorado. Historia de Lope de Aguirre, sus crímenes y locuras. Prólogo y edición de Enrique de GANDÍA. Buenos Aires / México, Espasa Calpe Argentina S. A., Colección “Austral”, Vol. 512, 1944. La crónica de Francisco Vázquez, junto con las dos versiones de la de su compañero marañon Pedrarias de Almesto.

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